Por Claudio A. Delbene
Reformulación de un texto elaborado para el Seminario: Producción de Materiales para Enseñanza Mediados por Tecnología que dictó Carlos Neri en 2014.
Este texto cuenta mi acercamiento e incorporación de
la computadora y nuevas tecnologías en mis tareas particulares diarias, como
docente, como investigador y ahora nuevamente como estudiante.
Un inconveniente surgido en el uso de un programa de
computación tan simple como el Word y lo que luego sucedió, transformó mi
pensamiento tecno-pesimista a fines de los ´80 a tecno-optimista moderado en
los 90, y finalmente me convierte en un
tecno-dependiente en la actualidad, a pesar de las constantes frustraciones que
el rápido avance de la tecnología produce en un usuario no nativo.
A fines de los ´80, era una persona que veía con
cierto escepticismo como el avance en el uso de las computadoras, iba a ayudar,
facilitar y solucionar las tareas que a
diario realizaba en mi trabajo o como docente e investigador.
El punto que hizo y marcó un cambio en mi actitud, sucedió la primera vez que usé una computadora, sin ninguna experiencia anterior, me
prepararon un archivo en blanco para escribir
un documento para un congreso y cual si fuera una máquina de escribir
comencé mi tarea en ese teclado mucho más cómodo, pero después de haber estado
escribiendo por más de dos horas, entre
esas cosas mágicas que suceden con los inexpertos, se cerró el archivo.
Ante mi desesperación, alguien dijo y pregunto, algo
que me hizo sentir en carne propia el desfasaje que estaba sucediendo entre mi
persona y el mundo tecnológico computacional que me rodeaba, esa frase fue, “no te preocupes, grabaste el archivo??”,
y mi respuesta fue, “Como si grabe el
archivo???” Todos estaban muy ocupados, nadie me había dicho como hacerlo,
(en la máquina de escribir todo quedaba plasmado en el papel) y todo ese
trabajo se perdió en algún lugar y lo más frustrante es que cuando me indicaron
como grabar, vi que era muy sencillo, solo tenía que saberlo.
Ante esta situación, en mi actitud tecno-pesimista,
podría haber dicho la tecnología no optimizó mi tareas, sino que me hizo perder
tiempo y además nada me había quedado de lo echo durante esas dos horas, salvo
mi sensación de sentirme, frustrado, muy tonto y desactualizado. Pero agradezco
que mi actitud fue otra, y tome como un desafío el poder dominar esta nueva
tecnología, que empecé a entender que era necesaria conocer para insertarme en
este nuevo mundo que avanzaba rápidamente en todos los ámbitos.
Es así que comencé a capacitarme con cursos para el
uso de procesadores de texto, planillas de cálculo, base de datos, algo de
programación basic, que eran los vigentes en ese momento. Esta puerta de
entrada, hizo que luego, comience a ver programa para gráfica como Autocad, en
sus comienzos, y algunos para edición de libros, ya que hasta el momento solo
hacíamos los textos en Word y con recorte y pegado, armábamos en forma
artesanal las páginas del nuevo libro.
A esa altura, me encontraba, paralelamente a mi
tarea profesional, y de docente e investigador, haciendo cursos para no quedar
desfasado de los rápidos avances que este medio iba ganando en la sociedad y el
mercado.
Mirando desde afuera, en realidad alguien podría
decir que estaba agregando más tarea, restando tiempo al descanso para
mantenerme actualizado, y alguna vez confieso que lo pensé, pero también esto
me abrió puertas desde lo laboral, ya que di cursos de algunos programas
específicos para dibujo, pues ya la sociedad solicitaba que los trabajos se
entregaran en ciertos formatos que muchos aun no manejaban y en lo que respecta
a la docencia e investigación comencé a ver y sentir, que optimizaba mis
tiempos, obteniendo resultados satisfactorios.
A medida que iba avanzando e internamente aceptaba,
para mí, esta nueva realidad, veía que era más sencillo profundizar y optimizar
el uso sobre los programas conocidos, aprender nuevos, y que esto mejoraban mis
presentaciones, así empecé a sentirme un tecno-optimista moderado, ya que nunca
olvidé esa primera y frustrante etapa inicial, estando siempre muy dispuesto a ayudar a
aquellos que comenzaban a incorporarse a este mundo tecnológico de la
computación. Mientras incorporaba la tecnología tratando de ver como esto
aportaba a mi tarea profesional y como docente-investigador
Ya en los 2000, con lo vertiginosos avances de la
tecnología, sentí otras avances de la tecnología sobre mi persona, lo
inalámbrico y especialmente las comunicaciones, el envío de archivos por el
“ciber espacio”, que sin nunca entender como sucedía, que un dibujo o archivo
viajaba al otro lado del mundo reproduciendo lo que yo hacía desde mi
escritorio, acepté que era así y también
decidí que era mejor no preguntar ya que había otras cosas que debía tratar de manejar
y que era consciente que debía conocer, comenzaba la era de la interconexión
entre mis terminales y mas tarde "la nube".
Mientras seguía incorporando, mas programas, mas
tecnología, comenzaba a ser un ser tecno-dependiente, al que un simple corte de
luz me convierte en un ser aislado, me
cortaban las manos y me convertía en un ser poco recomendable.
Actualmente uso muchos medios para mi tarea diaria,
por ejemplo mi teléfono, que además es mi agenda, despertador, reloj,
calculadora, reproductor de música, diccionario, biblioteca, GPS, conexión con
el resto del mundo y con mis otros aparatos tecnológicos como tablet, notebook,
PC, y hasta con mi auto con el que me conecto a través de mi voz. También
evidencia que hay muchos datos que antes retenía en mi memoria, y para los que
hoy dependo de estos medios para recordarlos, pero tal vez eso me da lugar a
retener otra información.
Es la realidad, y acepto que así sea, a veces me
cuesta entender los avances. La incorporación en mi entorno de nativos
tecnológicos, me ayudan a diario a mantenerme informado y actualizado y
aportarles ademas de mi conocimiento, experiencias e historias, no muy lejanas, pero ajenas a ellos.
Especialmente contarles, mis frustrados comienzos con la computación, y la que
creo fue una actitud acertada, de no enfrentarme con los avances tecnológicos,
sino aceptarlos y convivir con ellos…
En este momento me encuentro intentando manejar esta
tecnología para incorporarla a mi tarea docente, buscando nuevos desafíos y
nuevas formas para que los alumnos puedan, a través de los medios a los que
ellos están acostumbrados y tienen incorporados, capacitarse, aprender e
internalizar conceptos que les permitirán desarrollarse como futuros
profesionales.
Tal vez, y estoy convencido, que si logro este
objetivo esta brecha entre la forma tradicional en que me eduqué y la que exige esta nueva generación
tecnológica nos acercará a educadores y alumnos optimizando su formación.